Rapidamente enter al dormitorio de las chicas y encima de una de las camas donde hacia 5 años atras habia dormido se encontraba mi bolso negro.
Rapidamente de el saque una especie de tubito verde con una pequeña aguja k sobresalia.
Rapidamente me la inyecte en la yugular y mis ojos, rojos como el fuego, volvieron a su etsado blanco.
Tranquilamente el pulso se trankilizo y dejo de sangrarme la boca.
Poco a poco las costantes vitales se ivan recuperando.
Ya no me dolia el corazon y mucho menos als estremidades, y por ello decidi quedarme un poko en el suelo, antes de levantarme y salir al gran dia que hacia